Pereira, un día cualquiera…

El aire es fresco.

La brisa es suave.

Hoy quiero echarme a navegar en el mar extenso de la palabra.

Deslizarme sobre blancas y espumosas olas de papel.

La jornada será larga, serán más de siete mares.

Quiero, en mi arribo, encontrar buena calma.

Ahora te encuentro: eres un liliputiense en tierra de Gullivers.

I sorry. Don’t speak English. Dirás cualquier día. No importa. La experiencia y un carácter firme te harán crecer (eso espero).

 

Mantén encendida la llama de tu fe para que ilumine siempre tu camino.

 

No confundas nunca valor y precio.

 

Y recuerda que la tempestad la sobreviene la calma.

 

Si te equivocas, no importa, vuélvete a equivocar.

 

Cuídate, para que tu Dios te proteja en las adversidades.

 

¿Buena suerte? ¡Si!

Pero debes ser su creador.

¿Buena suerte? ¡Si!

Pero debes estar preparado para cuando llegue.

¿Buena suerte? ¡Si!

Entonces que carajo, aprovecha al máximo.

 

Recibe un fuerte y caluroso abrazo.

Ahora achate a andar.

 

Post Data:

No tuvimos tiempo suficiente como para cambiar un canario por un minino maullador, sin embargo en mis recuerdos siempre serás mi buen amigo.

 

Carlos Alberto.